¿Entre gustos no hay disgustos?

Una colección de

Julián David Rincón

Esta recopilación de asesinos seriales, que inspiraron la creación de series, libros y películas, exhibirá cómo la industria del entretenimiento nos enseña el arte de consumir y normalizar aberraciones.

[EL CARNICERO DE MILWAUKEE]

Jeffrey Lionel Dahmer asesinó a 17 hombres entre 1978 y 1991. Practicó necrofilia y canibalismo en su apartamento. Fotografiaba a los cadáveres, tenía restos humanos y una cabeza en el congelador.
[EL CANÍBAL DE LA BALLESTA]

Stephen Griffiths fue sentenciado a cadena perpetua, en Inglaterra, por asesinar a tres prostitutas. Fue licenciado en psicología y estaba obsesionado con los asesinos en serie; admitió ser fan de Jeffrey Dahmer. Durante el juicio, él afirmó que comió partes humanas crudas y otras cocinadas.
[EL CANÍBAL DE ROUEN]

Nicolas Cocaign fue condenado a cadena perpetua por asesinar a su compañero de celda Thierry Baudry. Abrió su abdomen, le quitó una costilla y se comió parte de su pulmón. Durante su juicio dijo: “La idea me vino a la hora de la cena. Cogí una cuchilla y le abrí el pecho. Metí la mano, creyendo que estaba tocando el corazón, pero cogí un trozo de pulmón”.
[EL CARNICERO DE PLAINFIELD]

Edward Theodore Gein. Asesino serial en Wisconsin, Villa Plainfield.
[HANNIBAL EL CANÍBAL]

Robert John Maudsley es un asesino en serie británico. Fue acusado de comerse una parte del cerebro de un prisionero. Desde hace 43 años, se encuentra custodiado bajo tierra en la prisión de Wakefield, Inglaterra. En su última audiencia dijo: “No alcancé o quizás dudé, pero hubiera querido matar a mis padres”.
[¿QUÉ CONSUMO?]

León Tolstói
“El fin de la civilización consiste en convertir todas las cosas en un placer”.

Noam Chomsky
“No puedes controlar a tu propia gente por la fuerza, pero puedes distraerlos con el consumismo”.

Franz Kafka
“Me he pasado la vida resistiéndome al placer de acabar con ella”.